domingo, 31 de enero de 2016

Mi sexto viaje II: Milán, Verona y Bérgamo Febrero 2014



Empiezo la jornada cambiando mis ruedas por las del coche de alquiler, pues 164 km separan Milán de Verona, mi próxima parada. 

Dejo el coche en un parking y accedo al centro de la ciudad a través de una de las puertas antiguas, cuyo muro medieval aun se conserva. 
 


 




Justo al salir del hotel me encuentro con La Arena, anfiteatro romano del año 30 con capacidad para 30.000 espectadores y donde se escenificaban los ludii (juegos y espectáculos de la época). Eran muy famosos y venían de muchos lugares de Italia para verlos. En la actualidad se representa ópera.





Está ubicado en la Piazza Bra, la más grande de la ciudad y donde podemos encontrar otros edificios de interés como el Palazzo Barbieri (Ayuntamiento) y el Palazzo Della Gran Guardia. 
 

 




 









Un solo día es suficiente para recorrer las calles de esta bonita ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, gracias a la importancia y valor de sus edificios históricos. 



                

 

¿Dónde voy? Venga vale, visitaré a Julieta en su casa. 

 



Justo a la entrada hay un muro donde se pueden dejar mensajes. El ayuntamiento los retira dos veces al año: la víspera de San Valentín y el 17 de septiembre, cumpleaños de Julieta. 

 


Al pasarlo está el patio donde tenemos una tiendecita con recuerdos, la famosa Julieta cuya teta izquierda hay que tocar y el acceso a su casa. 



 




También hay una pared donde dejar un candado
como símbolo de amor. 

 


Una vez dentro de la casa de Julieta, se puede comprobar como vivían en la época (hay mobiliario, algún traje, utensilios,…) y asomarse al famoso balcón donde esperaba a su amor.  




 
  










 
Una película hizo famosa las cartas a Julieta y puedes depositarlas en 
varios buzones repartidos por el patio o la casa. También enviarle un email.













 




Piazza Erbe, bonita y animada con puestos para comprar souvenir y la estatua de la Madonna Verona en su centro.
 









 

En esta misma plaza nos encontramos con el Palazzo Della Ragione con su Torre Dei Lamberte (torre medieval con 84 m de altura y construida entre el s. XII y XV), la galería de arte moderno y Archille Forti.

 
 




Siguiendo por uno de sus laterales
está la Piazza dei Signori.




 





Le Arche Scaligere, monumento funerario gótico de la familia degli Scaligeri. 
 







La Iglesia de Santa Anastasia, la más grande de Verona. De gótico italiano, está levantada sobre dos templos anteriores. Sus obras se prolongaron durante dos siglos (s.XIII-XV) quedando su fachada incompleta.

 







 





La historia de la ciudad está ligada al río Adagio, así es que paseo por las calles hasta acercarme a él. 


 










 












 













 













 









La Iglesia de San Fermo en la orilla del río tiene la peculiaridad que contiene dos iglesias en su interior: la inferior para conservar las reliquias de San Fermo y San Rústico; y la superior para el culto habitual. 

 






 Siempre me encanta encontrarme por las ciudades 
que recorro a familiares lejanos.



 






El Puente de Piedra es uno de los más antiguos de la ciudad y guarda su encanto pues, aunque llevó casi 20 años su reconstrucción, se usaron materiales originales encontrados en el lecho del río. 

 
















 



Una última parada para repostar y 
degustar algún plato típico de la cocina italiana.