Desayuno y despedida de la bonita
y encantadora ciudad de Verona.
Puse rumbo a Bérgamo a 117 Km, última parada del viaje.
Es un cómodo trayecto hasta llegar a la ciudad y la visita de un día merece la
pena.
Tuve la suerte de alojar mis ruedecitas en un apartamento justo al inicio
del camino a la Ciudad Alta.
La ciudad se divide en dos zonas
bien diferenciadas: la parte moderna, no me dio tiempo de visitar; y la parte
alta, delimitada por la Muralla Véneta. El temor a
sufrir un ataque español llevó a la ciudad a construir esta muralla de 6 km en
la que solo existían 4 puertas de acceso.
Conserva su aspecto medieval y
renacentista y es todo un lujo para la vista, no para mis pobres ruedecitas, ir
ascendiendo la colina por sus callejuelas adoquinadas e ir recorriendo el muro
con sus impresionantes vistas de la ciudad y su entorno.
Puerta de San Agostino, una de
las puertas de acceso a la ciudad que se conservan y que se levantó a finales
del s. XVI.
Plaza Santa María. A través de
ella se entra a la Basílica de Santa María Maggiore, edificada entre los s. XII
y XVI. Guarda obras valiosas como el coro de madera y tapices flamencos y
florentinos que decoran tabiques en su interior.
En la parte izquierda el Nártex septentrional realizado
por Giovanni de Campione a mediados del s. XIV. Es una estructura magnífica,
rica en bajorrelieves, figuras y esculturas, destacando los leones que
mantienen las columnas.
El bonito rosetón resalta en la
fachada de la Capilla Colleoni, construida a finales del s. XV y una de las
máximas expresiones del Renacimiento Lombardo. En su interior guarda los sepulcros
de Bartolomeo Colleoni, célebre capitán de mercenarios y de la hija Medea,
además de frescos del s. XVIII de Giambattista Tiepolo.
La Catedral de Bérgamo, el Duomo,
es de antigua fundación y reedificada en la época de los Comunes (principio del
s. XIII). Está dedicada al patrón de la ciudad, San Alejandro de Bérgamo.
Piazza Vecchia (Plaza Vieja).
Bonita plaza, corazón de la ciudad y antiguo centro de su vida política y
administrativa. En ella podemos encontrar el Palazzo Della Regione, el
Palazzo
del Modesta del Comune, el Palazzo Nuovo y la Torre Cívica. También
podemos degustar un rico cappuccino o lo que hizo esta maletita golosa,
pedir un gelato de tres bolas.
En el centro la Fuente Contarini
de 1780.
A la izquierda puede verse el
león de San Marcos (s. XVI) en el Palazzo Della Regione, para recordar la
dominación de la República de Venecia.
La Torre Cívica o Campanone es la
torre maciza del Ayuntamiento, y domina una escalera del s. XIV. Mide 52m y a
las 10 de cada noche recuerda con 100 tañidos “el toque de queda”, antiguo
cierre nocturno de las puertas de la ciudad.
Alberga el Museo de Ciencias
Naturales “Enrico Caffi”, el Museo Arqueológico, un Jardín Botánico de 1.750m2
de especies y con unas espléndidas vistas de la ciudad.
Portales de la Ciudadela.
Ascendí por el Funicular Di San
Vigilio para subir al antiguo castillo de la ciudad, del que no queda a penas
nada pero que en un futuro quieren reconstruir.
Justo un poco más arriba hay un
parque y un mirador. Las vistas de la ciudad son increíbles y más a la puesta
de sol, por lo que vale la pena el paseo.
Regreso y parada en el camino
para degustar un buen plato de pasta con postre incluido, muy merecido por
cierto. Y muy recomendable el sitio: Ristorante da Franco.
Y hasta aquí mi aventura de 4
días recorriendo las ciudades de Milán, Verona y Bérgamo.
Ciao!!! Ci Vediamo presto!!!