Mi segundo viaje: Berlín 2012

 

Volando voy... 

¡Qué fresquito! Menos mal que llevo mi abrigo y no necesito guantes...

 Nada más llegar decido recorrer parte de la ciudad de noche. 

Así me encuentro en la Avenida Principal Unter Den Linden y la Puerta de Brandeburgo; el famoso Ampelmannchen o muñequito de los semáfaros, característico de esta bonita ciudad...  

...hasta llegar a Potsdamer Platz.

Aquí busco en uno de los puestos navideños algo que llevarme a mi barriguita antes de volverme a descansar.

Me encanta viajar y quemar rueda en diciembre, todo está adornado y preparado para la Navidad.

¡Oh! ¡Qué bonito! Me levanto con todo nevado... aunque pensándolo bien... ¡Qué frío! Voy a tener un día complicado, nevando no sé cómo podré rodar y ver todo lo que tengo pensado.















 

Hay restos del Muro decorados y convertidos en recuerdos.

Han conservado el punto fronterizo más conocido y usado durante la Guerra Fría "Checkpoint Charlie". 

 

 

Se mantiene el cartel doble que advertía 

de la salida de cada uno de los sectores. 

 

También hay un museo en el que se muestra las distintas formas en las que los alemanes dieron rienda suelta a su ingenio para cruzar de un lado a otro del muro.

Poleas, canoas y otros sistemas para cruzar a nado, escaleras a modo de zancos para saltar el muro,... pero sobre todo se camuflaban en los coches: como si fueran los asientos, en el motor, dentro de mis contemporáneos y en mi lugar favorito, el maletero.

De nuevo en la Postdamer Platz. Antes estaba dividida por el Muro y tras su destrucción durante la 2ª Guerra Mundial fue reconstruida para formar parte del Berlín moderno. Alberga el Sony Center y el Quartier Daimler Chryler. Es una zona céntrica en la que aparte de los puestos navideños de anoche, hay instalado un punto de control como cuando había muro y te hacen un pasaporte para poder cruzarlo a modo de souvenir.

Monumento al Holocausto: 2.711 bloques de hormigón de distintas alturas. Impresiona recorrerlo. Debajo está el centro de información, sobrecogedor lugar en el que se guardan relatos de familias y sus vivencias. Se les puede poner nombres, apellidos y rostros a los protagonistas de este período tan triste de la humanidad.

En esta zona es donde se ha mantenido un buen tramo del muro casi intacto. Estaba el edificio de la Gestapo y desde aquí se expiaba a los ciudadanos. También hay un museo con documentos gráficos de la época.

Trabant, coche comunista más popular y conocido como "Trabbi" compañero viajero, casi como yo jeje.

East Side Gallery, tramo más largo que se conserva de los restos del Muro y cuyos 13 km se han convertido en la mayor galería de arte al aire libre con graffitis de artistas procedentes de todo el mundo.







De nuevo La Puerta de Branderburgo, una de las antiguas puertas de entrada a Berlín y representa el triunfo de la paz sobre las armas. Es inevitable encontrarte con ella para visitar los distintos lugares de interés. Se convirtió así en el referente de mi viaje.

 

Parlamento Alemán o Bunderstag, antiguo edificio del Reichstag. Está coronado por una gran cúpula moderna sobre la Sala de Plenos del Parlamento 

(obra de Norman Foster).

Plaza Gendarmenmarkt, con sus dos iglesias, una a cada lado.

 Nada como un licorcito caliente para reponer fuerzas.

Bebelplatz, donde tuvo lugar otro episodio conocido de la época, la "Quema de libros" el 10 de mayo de 1933.







La Nueva Guardia con la estatua homenaje a las víctimas del mundo y su sufri_
miento.








Es una ciudad con muchos edificios bonitos pero llama la atención la Catedral que, junto con la isla de los museos (alberga nada más y nada menos que 5 museos) es un lugar mágico para perderse entre tanta historia.

Río Spree

Alexander Platz con la Fuente de Neptuno, el Ayuntamiento Rojo, la Iglesia Marienkirche y la Torre de televisión, Ferncehturn, uno de los edificios más alto de Europa.

 Que bonita imagen de la Catedral anocheciendo.

Y no podía faltar la mascota de Berlín,

el Buddy Bear, oso que me fui 

encontrando por todo 

mi deambular por la ciudad.