martes, 16 de diciembre de 2014

domingo, 30 de noviembre de 2014

Consejos para viajar



  Desde mi humilde opinión voy a comentaros unos consejos a la hora de organizar un viaje. Parto de la base de que ya habéis seleccionado vuestro próximo destino y estáis nerviosos por organizaros bien para que el viaje sea todo un éxito. Ahí es donde puedo ayudaros un poco.

Duración del viaje
  Este es un punto a tener en cuenta antes de sacarte el vuelo. Mi preferida, a falta de tiempo y dinero, son viajes de miércoles a domingo, es decir, 4 noches y 5 días. Entre el día de llegada, normalmente solo da tiempo de una toma de contacto, y el día de salida, con los nervios de recoger y no llegar tarde al aeropuerto, te quedan 3 días de “visiteo” auténtico. Si los preparas bien en muchos destinos pueden ser suficientes y si te acompaña la suerte y el tiempo sopla a tu favor, mejor que mejor. Sí, ya, hay ciudades que no te da tiempo ver al completo. Saber que tienes tantas cosas que descubrir y que el tiempo juegará en tu contra da miedo pero no te preocupes, si te gustan y merecen la pena, volverás. Piensa que incluso en tu propia ciudad hay todavía muchas cosas por descubrir, imagina fuera.

Preparación
  A mí me gusta preparar el viaje buscando información de la ciudad a visitar, monumentos a ver, lugares de interés,… empaparme de la historia y cultura de la ciudad de destino. Es recomendable visitar blogs y foros de viajeros que hayan estado antes, siempre puedes descubrir cosas interesantes y nuevas, detalles que de otra forma no encontrarías. Hay que aprovechar las experiencias de otros para mejorar las propias. Siempre pongo en el amado “google” (no sé qué haríamos sin él) 3 días en tal ciudad, ruta por… etc. para hacerme una idea de lo que puede o no darme tiempo.
  Una vez que tengo toda la info preparo mi propia ruta de viaje. Me gusta basarme en las realizadas por otros viajeros pero al final siempre hay diferencias. En mi caso es que prefiero pasear por las calles de la ciudad y recorrerlas a pie, bueno a rueda, cogiendo lo menos posible el transporte público. Mi lema es “sin prisa pero sin pausa”. Ten en cuenta que es imposible verlo todo y en profundidad, así es que realiza tu guía lo mejor posible para aprovechar el tiempo y disfrutarla a tu modo.

¿Qué equipaje llevar? 
  Esta es la pregunta que más nos ronda por la cabecita a la hora de viajar. Yo me he acostumbrado a llevar lo imprescindible, ir ligero de equipaje no es nada malo. No seas de los que utilice la frase “por si…” luego vuelves y te das cuenta que no has usado la mitad de lo que llevabas y además has cargado con ello. Lo importante no es lo que lleves sino lo que te traigas de vuelta. Las experiencias vividas, las imágenes grabadas en la retina y, por supuesto, las vivencias que hacen que cada viaje ocupe un lugar especial en tu memoria y en tu corazón.

Antes de salir 
  Recuerda coger la documentación necesaria para viajar, las tarjetas de embarque, bonos del hotel y claro el dinero, sin el que por desgracia no se pude viajar.

Mi último consejo: viaja
  Anímate a descubrir otras ciudades, otras culturas, abre la mente a nuevas posibilidades y déjate llevar por la magia que esconden. Hay todo un mundo por descubrir ahí fuera, ¿a qué esperas?


sábado, 15 de noviembre de 2014

Mi tercer viaje: Estambul marzo 2013 - 2ª parte



Empieza mi día tempranito y nada como visitar una mezquita, en este caso, la Mezquita Suleymaniye o de Suleimán, proyectada por Sinán sobre la tercera colina de Estambul...










... de ahí las maravillosas vistas desde sus jardines.










Es la más grande de las mezquitas, en cuyos aledaños hay ahora cafeterías y patios encantadores donde en otro tiempo había madrasas, residencias para peregrinos,...










Tiene un monumental patio rodeado por una columnata o peristilo con columnas de mármol, granito y porfirio, desde donde pueden apreciarse sus 4 esquinas con sus 4 minaretes, un número solo reservado a las construcciones del sultán.
 



 



















El interior de la mezquita forma casi un cuadrado, con un lado de 59 m y otro de 58, configurando un extenso espacio único.










En el jardín hay 2 mausoleos (türbe) en los que se encuentran enterrados Suleiman I, su esposa e hijos.













Para ser una de las menos famosas es quizás una de las que más me llamó la atención.

Son como esos momentos que cuando menos te lo esperas te sorprenden y en este caso muy gratamente. 


 









Dejándome rodar por sus cuestas, llegué a una gran explanada donde se encuentra la Mezquita Nueva o Yeni Camii, la entrada principal al Bazar de las Especias y el Puerto de Eminomu.





















También hay un mercadillo en el que podemos encontrar cosas curiosas como las de esta foto: remedios antiguos para el mal del cuerpo, las sanguijuelas, aun las usan, sorprendente!!!!







Por cierto es una imagen muy usada en las películas cuando sale Estambul. En la última de 007 hay una persecución por esas cúpulas pequeñas y que son el techo del Bazar de las Especias.







Otra instantánea cuiriosa es ésta donde los hombres son limpiabotas. Éstos en concreto no te persiguen, bueno a mí no me hicieron ni caso claro, sino que tienen sus puestos dorados fijos. Son muy populares.





Qué decir del Bazar de las Especias o Bazar Egipcio o Misir Carsisi, es impresionante. Desde que se entra hasta que se sale no puedes dejar de mirar a un lado y a otro los puestos que lo componen. Son tantos los aromas que te llegan que no sabes a cuál acudir.




Tiene forma de L y fue construido con el objetivo de que la venta de las especias sufragara los gastos de mantenimiento de La Mezquita Nueva.
Es todo un placer para los sentidos recorrerlo y no te vas sin comprar té, alguna especia o los riquísimos lokus y delicias turcas, todo un gusto para el paladar. 


Durante tu visita te dan para que pruebes y luego tienes que regatear con ellos, aunque no quieras jeje.


 


Siguiendo por el embarcadero me dispongo a cruzar el Puente Gálata (Galata Koprüsü) en el estuario o brazo de mar más conocido como "Cuerno de Oro".

Desde él pueden apreciarse unas maravillosas vistas, tanto de la zona antigüa con sus mezquitas que apuntan al cielo como de su zona más europea con la Torre Gálata como insignia. Sin olvidarnos el Mar del Bósforo.


Tiene una longitud total de 490m, contando con un tramo levadizo, 3 carriles para coches y pasarela para peatones y maletas viajeras como yo, en cada dirección.

Como curiosidad decir que este puente dio nombre al popular juego de cartas "Bridge", ya que unos soldados ingleses acudían allí a jugar.

 










Es muy típico encontrarnos estampas como ésta en las que pescadores están en su faena.

  



Está el Funicular de Tünel para subir a una de las calles principales de Estambul, Istikal. Es la parte europea de la ciudad y está llena de tiendas, restaurantes y cafeterías, donde poder degustar un rico té de manzana.

 


Recorre la calle de un extremo a otro un tranvía con un siglo de antiguedad.







Al final de la calle Istikal se encuentra la Plaza Taskim y el monumento a la independencia de Ataturk.







Me tomé un kebab justo en este sitio tradicional.






Bajando de nuevo por Istikal, llegué a la Torre Gálata o Galata Kulesi. Es una torre veneciana del s. XIV y se usaba de cárcel, como torre de vigilancia contra incendios y para controlar el tráfico de barcos y sus mercancías.

Tiene una altura de 66,9 m y consta de 9 plantas.





Sus vistas... te dejan sin aliento.







Di un par de vueltas completas alrededor de la torre, son vistas 360º. Y, aunque no pude disfrutar en su totalidad por el mal tiempo y la lluvia, aquí dejo algunas de ellas.





Ya se me iba haciendo de noche y los colores de Estambul cambiaban a mi alrededor.  

Puerto de Karakoy, con puestos de pescado y venta de bocadillos de caballa, típicos. 


                                                            
De vuelta por el Puente Gálata donde, por debajo, hay bares y restaurantes que se llenan para la cena.









Mi objetivo final: ver de nuevo Santa Sofía y La Mezquita Azul pero iluminadas de noche. 



Es un momento único que se acentúa cuando llaman a la última oración del día. Es mágico escucharlos parada en este bonito emplazamiento y dejar que la música te llegue desde los distintos puntos de la ciudad y no de forma simultánea. Es como si uno contestara al otro. 







Y nada como acabar el día degustando un plato turco típico, el Testi Kebab, carne de cordero especiada que se introduce en crudo en una vasija, se sella con masa de pan y se pone sobre las brasas. Para servir se tiene que romper la boca.










jueves, 30 de octubre de 2014

Mi tercer viaje: Estambul marzo 2013 - 1ª parte

 
No he pasado ni unas horas en Estambul y son suficientes para saber que estoy en otro mundo. A las 5 de la mañana me despierta la llamada a la oración y, confundida, me asomo a la ventana de mi habitación. ¡Sorpresa! Una mezquita justo en frente, la primera de mi visita pero adelanto que no la única.



 Decido aprovechar y ponerme en marcha, hay que estirar las ruedecitas.












Comienza mi visita a esta hermosa ciudad con un agradable paseo.












Me encuentro con una ciudad llena de vida. Gente de un lado para otro, tanto del lugar como turistas, muchos turistas. Así llego a Sultanahmet, explanada que impresiona al tener a un lado Santa Sofía y al otro La Mezquita Azul.




 

No sé decidirme, ¿por dónde empiezo?








Comienzo con la visita a Santa Sofía o Hagia Sophia (Santa Sabiduría). 

Fue una basílica bizantina hasta que Sulimán el Mágnifico la conquistó y, cautivado por su belleza, no fue capaz de destruirla. Se convirtió entonces en mezquita hasta que en 1931 Atatuk la desacralizó para convertirla en lo que es ahora, un museo.


Se considera la 8ª maravilla del mundo. 

 






Cuando se construyó era la mayor del mundo (hoy es la 4ª) y lo fue durante casi 1.000 años hasta que se alzó la Catedral de Sevilla, curioso dato. 



Ha sido reconstruida 3 veces a causa de terremotos y derrumbes. 

Su belleza tanto interior como exterior se deben a su construcción y sobre todo a su cúpula de 32 m suspendida en el aire a 57 m sin estructuras de apoyo, muros o columnas. Está encadena con 2 bóvedas que a su vez se derraman en otras 4 más pequeñas. 






La planta tiene unas dimensiones de 
71 * 77 m.  

El interior es impresionante y la atmósfera que se respira es única, en parte gracias a las enormes cristaleras adornadas; las lámparas que cuelgan con las que parece que vas a chocar; el mimbar o púlpito del imán; el mihrab u hornacina que señala la dirección de la Meca y ese olor del paso de la historia impregnado en sus muros.









 









 

Junto a la puerta imperial, está la columna de los lamentos en la que se pone el dedo gordo y se gira la mano dando la vuelta completa pero sin levantarlo, solo así se cumple el deseo solicitado. ¡Qué fastidio! Una amiga tuvo que hacerlo por mí.






Mosaico bizantino: Cristo Pantocrator
Mosaico bizantino: Cristo recibiendo regalos


Cuantos recuerdos al ver estas imágenes de cuando era una maleta estudiante. 




Retablo cristiano

 
Antes de cruzar a La Mezquita Azul, bajo unos peldaños, 52 más concretamente, con cuidado eso sí, para ver la Cisterna Basílica, Yerebatan Sarayi (Palacio Sumergido) o Yerebatan Sarnaci (Cisterna Sumergida). 

Tengo que pararme un momento, la visión es maravillosa. Desde el exterior solo se ve una puerta pero cuando uno llega a abajo...

Se trata de una impresionante cisterna construida bajo Estambul en la época bizantina (año 522, Justiniano I) cuya función era abastecer a la ciudad y al palacio ante los contínuos asedios.




Dejó de usarse hacia finales del s. XIV y no fue hasta la mitad del s. XVI cuando el investigador P. Gyllus la descubrió en una serie de inmersiones, escribiendo sobre ella en su libro de viajes. 

No es hasta mediados del s. XIX cuando se restaura y se permite su visita.

Tiene aproximadamente 143 m * 65 m y es capaz de albergar 80.000 m cúbicos de agua.






Son 336 columnas dispuestas en 12 filas de 28 columnas cada una y de las cuales las más famosas son 2 situadas al fondo y cuya base tienen la cara de Medusa, invertidas quizás por superstición.











Bueno, tras esta grata sorpresa continúo el paseo por Sultanahmet para llegar a La Mezquita Azul o Mezquita del Sultán Ahmed o Sultanahmet Camii. 

Fue construida para apaciguar a Alá pero terminó enfureciendo a muchos por varios motivos. 

Primero, se construyó en el lugar que ocupaba el Gran Palacio de Constantinopla y parte del Hipódromo, usando sus materiales en la nueva construcción. Además tuvieron que comprar otros Palacios a un precio muy superior por el mismo motivo.



Segundo, como fue un tiempo de paz no pudieron usar los fondos de los botines de guerra sino que utilizaron los fondos del Tesoro.

Y tercero pero no menos importante, la construyeron con 6 minaretes, única en Estambul en ese momento pero igual al número de las que tenía la Meca. Esto llevó a que el sultán mandara construir una séptima en la Meca.
 





En el patio hay una zona preparada para las abluciones o baños rituales.






Cuenta con un trozo de la piedra negra sagrada de la Kaaba inscrustada en el mihrab.

El interior está revestido con más de 20.000 azulejos de cerámica hechos a mano fabricados en Izmik con más de 50 diseños distintos de tulipanes. En los niveles superiores los azulejos tienen peor calidad por falta de presupuesto.


El suelo está cubierto de alfombras que donan los fieles y que se van sustituyendo. No se puede entrar con zapatos por lo que hay una zona para sentarse y despojarse de ellos, algo innecesario para mí en la visita. Tengo que decir que el olor a pies...

La luz natural entra a través de 200 vidrieras de complejos diseños.






Curiosidad: en las lámparas ponían huevos de avestruz para evitar que las arañas tejieran sus telas ¿funcionaría?

La decoración incluye versos del Corán.






Cerca pude encontrar la tienda "Hanika" de 2 españolas y el restaurante "Enjoyer", muy comentados en foros y blogs de viajeros. Merece la pena comprar recuerdos a estas chicas y hablar con ellas. Tampoco me defraudó los platos típicos que pude degustar y, con el hambre que llevaba tras mi recorrido, pasar un rato muy agradable descansando e intercambiando risas con el dueño del local. 





 Bueno para un día no está nada mal. He descubierto que esta ciudad me encanta. Antes de tumbarme a descansar termino como lo empecé, viendo la mezquita desde mi habitación.